El protagonista de tu vida

El protagonista de tu vida
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 agosto, 2023

El barón de Münchhausen se saca a sí mismo de una ciénaga, a la que cae junto con su caballería, tirando de sus propios cabellos hacia arriba. Tan solo es una historia, pero es una bonita metáfora para explicar que la responsabilidad de salir de esos sitios donde unas veces nos metemos y, otras, nos lleva la vida, siempre es nuestra.

Siguiendo con las metáforas, te propongo otra:

Cuando nacemos nos dan una barca para movernos por el mundo y tomamos distintas decisiones sobre su gobierno. Algunos deciden sentarse, esperando que el viento, las corrientes o cualquier otra cosa, los lleve a algún sitio. Podemos imaginar lo que  pasa cuando dejamos un barco a la deriva en el mar aunque éste esté en calma.

De estos, algunos, además, se enfadan porque otros logran cosas que ellos quisieran y el viento no se las concede. Sentados e inmóviles ven pasar o otros con riquezas materiales o inmateriales, que les producen gran envidia y les hacen pensar en las graves desigualdades que se producen en la vida. En ocasiones, solicitan que les den de lo que otros tienen, justificando su escasez, y suelen encontrar quien está dispuesto a compartir lo que logró por sus propios medios. Lo malo es que, aunque reciben, suele parecerles poco. A estos barcos los llamaremos víctimas.

No se me olvida que las barcas son de distinta calidad, que las oportunidades no son iguales para todos, pero esto no nos resta responsabilidad sobre lo que hacemos y decidimos.

Otros solicitan a toda costa que alguien suba a su barco y dirija sus pasos, no se sienten con fuerzas, con capacidad para ser ellos mismos los que toman las decisiones de dónde ir, cómo hacerlo, ¿Parar o continuar? y tantas otras cosas, ¡tan difíciles!, que hay que pensar.

Si tienen suerte, subirá a la barca alguien que les estime y tenga buenas intenciones, pero, como es lógico, marcará el rumbo al lugar donde más le guste estar, donde se encuentre más seguro y feliz; lo terrible del asunto radica en que los deseos e intereses de esta persona difícilmente coincidirán con los del dueño de la embarcación.

Podemos terminar en un lugar maravilloso, pero para otros.

En la versión menos buena, es fácil imaginar que dejar el timón a merced de cualquiera puede invitar a los amigos de lo ajeno, y podemos encontrarnos con manipulaciones, aprovechamientos, destrucciones…, mejor no seguir por este camino.

Si decidimos ser nosotros los que marcamos el rumbo y dirigimos nuestro destino, seguro que tendremos que afrontar grandes dificultades, cometeremos errores, pero también podremos disfrutar del éxito yde ir a donde nosotros queramos ir.

Sé el protagonista de tu vida, dirige el timón de tu barca.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.