Ilusiones ópticas, cuando el cerebro se equivoca

Las ilusiones ópticas, a pesar de señalar los fallos en el procesamiento de nuestra vista, son emocionantes y sorprendentes. Aprende aquí cómo juegan con tu cerebro.
Ilusiones ópticas, cuando el cerebro se equivoca
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 01 agosto, 2022

Las ilusiones ópticas siempre nos han atraído, son pequeños retos para nuestros sentidos que nos desconciertan y embelesan: ¿se mueven las figuras? ¿Son rostros u objetos? ¿Es una sola figura o hay más?

Interrogantes que han sido materia de estudio para muchos científicos para ahondar un poco más en nuestros procesos mentales y en el modo en que procesamos la información. La base de este misterio se encuentra en el sencillo hecho de que nuestro cerebro es terriblemente lógico y desea encontrar un sentido y un equilibrio a todo lo que ve y a todos los datos que le envían nuestros sentidos, en este caso la vista.

¿Qué es lo que ocurre? ¿Por qué ese desorden visual?, se pregunta el cerebro. Y, ante el hecho de no encontrar respuesta, él, sencillamente, lo reinterpreta. Veámoslo más detenidamente.

Las limitaciones del cerebro en cuanto al procesamiento del medio

El mundo es complejo. Sabemos que los colores no existen, que nuestro cerebro va unas centésimas de segundo por detrás de los acontecimientos del exterior y que nuestra capacidad de retención es limitada.

De hecho, de esto se aprovecha la magia: los prestidigitadores utilizan movimientos rápidos, distracciones y otros trucos para que la percepción del espectador sea errónea y, por tanto, sorprenderle. La información que recibe el individuo ya está procesada, por lo que está “recortada” en función de las limitaciones de su cerebro.

El cerebro hace estadística

El modo en que vemos nuestra realidad depende únicamente de nuestros procesos cerebrales. De hecho, los científicos suelen decir a menudo que si tuviéramos un cerebro que utilizase estrategias diferentes para entender el mundo, este sería muy diferente.

¿Qué tienen, pues, estas imágenes que lo desconciertan tanto? Líneas imprecisas, objetos flotantes, extraña perspectiva… nuestra retina capta todos esos datos y se los manda de inmediato a nuestra corteza cerebral para que los procese e interprete.

No obstante, la cuestión está en que nuestra retina capta esas imágenes únicamente en 2 dimensiones. Es decir, está limitada a los bordes, colores y formas. Hay demasiado desorden, tan solo manchas de luz que deben convertirse en imágenes con sentido para el sujeto.

¿Cómo actúa entonces? Mediante estadísticas. Incapaz de comprender lo que está viendo, echa mano de los datos almacenados y, entonces, saca una conclusión en forma de imagen mental. Pero no es cierta, obviamente nuestra parte racional nos dice que es imposible, los cuadros no se pueden mover; sin embargo, nos lo hace creer.

Tipos de ilusiones ópticas

Dado que la percepción del mundo es una quimera, es normal que aparezcan “errores” de vez en cuando. Aquí es cuando se habla de ilusiones ópticas. Estas se pueden clasificar en 2 grandes grupos que vas a conocer a continuación.

Ilusiones cognitivas

Tal y como hemos explicado anteriormente, nuestro cerebro interpreta erróneamente la información que le envían nuestros ojos y comete un fallo en la deducción sobre la dimensión y perspectiva de los objetos. Algunos subtipos de estas ilusiones son las siguientes:

  • Ilusiones de ambigüedad: son figuras que presentan dos alternativas de percepción no simultáneas.
  • Ilusiones de distorsión: son los errores de percepción del tamaño, longitud, curvatura, ángulos o cualquier propiedad geométrica.
  • Las ilusiones paradójicas: presentan objetos imposibles.
  • Contraste simultáneo: esta ilusión parece haber dado en el clavo en la explicación del fenómeno. Un estudio encontró que el contraste simultáneo funcionaba en niños ciegos que veían por primera vez, por lo que el aprendizaje previo no parecía tener relevancia en el procesamiento “erróneo”.

Ilusiones fisiológicas

Un ejemplo muy conocido de este tipo de ilusión son las postimágenes. ¿Has mirado a una luz brillante y después seguías viendo ese destello en tu visión periférica, moviéndose y del color opuesto? Pues bien, esta ilusión se debe a que los conos y bastones de la retina se sobreestimulan y siguen mandando impulsos eléctricos al cerebro.

Las ilusiones ópticas y el replanteamiento de la percepción

Todo esto nos ofrece la interesante conclusión de que nuestra percepción de las cosas no siempre es tal y como pensamos. Percibir significa también interpretar: nuestro mundo tal y como lo vemos no es un reflejo exacto que impacta directamente a través de nuestros sentidos hasta el cerebro.

Nuestro cerebro analiza, sintetiza, transforma e interpreta. No es que sean engaños, es sencillamente un modo de protegernos, pues ante lo extraño y ante el desorden él nos aporta un equilibrio y una respuesta lo más lógica posible. Gracias a nuestro cerebro nos adaptamos al mundo que nos rodea y, sin lugar a dudas, lo hace más apasionante.


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